Como ya hemos comentado en repetidas ocasiones, un exceso de azúcar siempre es negativo para nuestra salud, tanto si somos bebés como si somos ancianos. La gran ventaja que tenemos con los bebés es que ellos no conocen los sabores de los alimentos, con lo cual, no puede no gustarle algo, por que sepa "insípido", a menos que se haya desarrollado en un entorno ácido, producto de una dieta alta en azúcares por parte de la madre en el transcurso del embarazo.
Está en manos de los padres el generarle buenos hábitos o en crearles una adicción al azúcar desde pequeños. La recomendación por parte de los nutricionistas es el de "no añadir azúcar, ni sal a los alimentos" puesto que es mucho más saludable para el bebé que se acostumbre al sabor natural de los alimentos.
Si un bebé consume demasiada azúcar, también su consumo calórico total será superior al que gasta en el día, lo que provocará que este se almacene en forma de grasa y así el bebé aumentara de peso en exceso.
Este descontrol además provoca que el páncreas tenga que producir más insulina para absorber una cantidad pequeña de azúcar en la sangre y esto puede producir una hiperglucemia e incluso, si no logramos controlarlo, una diabetes posterior. Ademas el crecimiento del niño puede verse afectado, ya que, el exceso de azúcar provoca una mala oxigenación celular y una mala coagulación.
Ademas cabe destacar que los primeros años de nuestro bebé, determinarán el número de adipocitos que poseerán a lo largo de su vida.
Si nuestro bebé engorda en exceso, se producirá una hiperplasia de los adipocitos, esto quiere decir, que se generarán más células con la capacidad de almacenar más grasa, que NUNCA podrán reducirse a lo largo de su vida.
EL AZÚCAR ESCONDIDA EN LOS ALIMENTOS
Como siempre, la dosis hace el veneno y por desgracia vivimos en una sociedad que abusa del exceso del uso de azúcares en los alimentos que generalmente se encuentran en los supermercados.
Algunos piensan que no consumen azúcar, por que no usan el azúcar como tal en su dieta, sin embargo, si esta presente en los productos que consumen.
Por ejemplo, cuando compramos jamón serrano envasado, si leemos el etiquetado nutricional nos daremos cuenta de que uno de los ingredientes que posee, precisamente es azúcar. Lee las etiquetas de los alimentos que compras e identifica cuanta azúcar poseen.
El azúcar en ocasiones viene en los ingredientes del producto como: jarabe de maíz de alta fructuosa, concentrado de jugo de fruta, glucosa, sucraloza, dextroza, jugo de caña, malta, melazas, lactosa, miel, etil maltol, maltodextrina. Son otros nombres que posee el azúcar.
Algunos ejemplos de alimentos en los que podemos encontrar alto contenido de azúcar serian los siguientes:
YOGURES: Sin citar ninguna marca, te puedo asegurar que por ejemplo, un yogurt anunciado para niños, contiene comúnmente 16 gramos de azúcar, prácticamente el total de azúcar recomendado para un bebe en un día.
GALLETAS: Muchos pediatras recomiendan introducir de una a tres galletas al día. En cada 100 gramos de galletas tenemos 69 g. de carbohidratos, de los cuales aproximadamente 24 g. son azúcares.
LECHE DE FORMULA: Según varios análisis. Las leches de fórmula contienen entre un 28% y un 54% de sus calorías totales procedentes de azúcar.
PAPILLAS: Muchas papillas de bebé también tienen un exceso de azúcares que en conjunto con el resto de los alimentos del día, pueden hacer que nuestro bebé este consumiendo un exceso de azúcares diario.
ALGUNAS RECOMENDACIONES GENERALES
En definitiva, debemos ser cautos con la alimentación que damos a nuestro bebé, ya que, de nuestras decisiones iniciales va a depender totalmente la salud de nuestro bebé a lo largo de su vida.
Debemos intentar generar hábitos saludables desde que nacen, procurando aportarle una alimentación equilibrada en macronutrientes y calorías, obteniendo los azúcares de fuentes más deseables como frutas y verduras, intentando eliminar las fuentes de alimentos industriales con exceso de azúcares.
Todos aquellos que sean padres, tienen en sus manos la salud de su bebé y sus decisiones determinarán que el bebé crezca de forma sana y saludable, siendo más fácil mantener dicha salud a lo largo de los años o podrán generar obesidad, diabetes y otras enfermedades derivadas de una mala nutrición. Debemos recordar que UN NIÑO GORDO; NO ES UN NIÑO SANO (como antes se pensaba)

No hay comentarios:
Publicar un comentario